El Presidente de Argentina, Mauricio Macri, afronta la primera protesta impulsada por las cinco centrales de trabajadores que exigen medidas urgentes para frenar los miles de despidos producidos en los primeros meses de su gestión.
La movilización, no conlleva un paro en las actividades laborales, pero a la que se adhirieron varios partidos y organizaciones políticas, sindicales y sociales.
Estaba previsto que la iniciativa uniese a las tres ramas de la peronista Central General del Trabajo (CGT) y las dos de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA), también dividida por su afinidad con anteriores Gobiernos.
Sin embargo, el titular de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, se desmarcó y señaló su disconformidad con el devenir de la convocatoria.
“No estamos de acuerdo de que vengan a querer colarse este peronismo residual, mariscales de la derrota, que perdieron en todos los lados y que han conformado un partidito, porque en los partidos más importantes del país lo han perdido todo”, indicó.
Barrionuevo criticó que diversos miembros del kirchnerismo quieran estar atrás de los sindicatos y participar en la movilización.
Unas 140 mil personas perdieron el trabajo desde fines del año pasado, según cifras de sindicatos y consultoras privadas, por la crisis en Brasil (su principal socio comercial) y un fuerte ajuste del gasto público.
Los sindicatos dejaron de lado sus diferencias internas y anunciaron una movilización conjunta al Monumento al Trabajo para anticipar la celebración del Día del Trabajo el 1 de mayo, pero que apunta a enviarle un mensaje al Gobierno.