Durante muchos años la alta densidad energética de los frutos secos ha limitado su consumo. No obstante, una investigación reciente podría ocasionar que su consumo se dispare, debido a que su ingesta reduce los niveles de colesterol y triglicéridos.
Investigadores de la Universitat Rovira i Virgili y la Universidad de Harvard evaluaron los efectos del consumo de nueces sobre el perfil lipídico (colesterol total, colesterol malo conocido como LDL, colesterol bueno conocido como HDL y triglicéridos) y encontraron que su consumo no afecta negativamente ni al peso corporal ni a la presión arterial.
Según dio a conocer The American Journal of Clinical Nutrition, los beneficios van más allá todavía, ya que pueden ejercer efectos beneficiosos sobre distintos factores de riesgo cardiovascular, como resistencia a la insulina, inflamación, presión arterial o incluso el perfil lipídico.
Los investigadores analizaron los resultados de 26 estudios de intervención nutricional con mil 59 participantes y concluyeron que, en comparación a dietas control, las suplementadas con nueces disminuyen el colesterol y los triglicéridos.
Según los especialistas, aunque las nueces sean un alimento con una alta densidad energética, el consumo de estas no promueve el aumento de peso y, por lo tanto, puede ser incorporado en el contexto de una dieta saludable para la prevención cardiovascular.
Aunque se desconoce la manera exacta en la que las nueces pueden mejorar el perfil lipídico, todo indica que su alto contenido en esteroles vegetales, ácidos grasos α-linolénico y linoleico y polifenoles pueden ser los responsables. Estos nutrientes tienen altas propiedades antioxidantes y antiinflamatorias y además pueden interferir en la absorción de colesterol.