En China, las autoridades intentan frenar la ola de divorcios que crece desde la última década en un 40 por ciento imponiendo como medida periodos de espera de entre dos semanas y tres meses.
Para ello, el Tribunal Supremo en 2016 lanzó un programa piloto para resolver disputas domésticas; más de un centenar de tribunales en el país ya han impuesto esta medida en parejas que buscan tramitar sus divorcios, informó el periódico China Daily.
Estos programas están dirigidos especialmente a jóvenes parejas que, según los jueces, son más propensos a “rupturas impulsivas” en comparación a generaciones anteriores.
Durante el “periodo de enfriamiento” reciben asesoramiento matrimonial y a veces psicológico para intentar que las parejas reconsideren la decisión.