Ana María Escalante, responsable del Laboratorio de Investigación y Desarrollo de Aplicaciones Interactivas para la Neuro-Rehabilitación (LANR), explicó que las tecnologías interactivas permitirían el servicio de terapias sin necesidad de un acompañamiento constante.
Con realidad virtual y otras tecnologías innovadoras, neurofisiólogos e ingenieros en cómputo del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM han creado nuevas herramientas para terapias de rehabilitación neurológica en pacientes con algún tipo de discapacidad por daño neurológico, como quien ha sufrido un accidente cerebrovascular (ACV) o padece la enfermedad de Parkinson.
Ana María Escalante, responsable del Laboratorio de Investigación y Desarrollo de Aplicaciones Interactivas para la Neuro-Rehabilitación (LANR), explicó que las tecnologías interactivas permitirían el servicio de terapias sin necesidad de un acompañamiento constante.
Además, se busca que estas herramientas tengan un costo accesible y se conviertan en instrumentos de apoyo para clínicas y hospitales, abundó la especialista en ciencias de la computación.
Los promotores del LANR son Herminia Pasantes y Marcia Hiriart, investigadora emérita y directora del IFC, respectivamente, así como Yoás Saimon Ramírez, responsable técnico; con la colaboración de tesistas de ingeniería en computación e ingeniería electrónica, y la asesoría de un experto en neurorehabilitación, el Laboratorio utiliza los sensores de posición y movimiento del Kinect para Xbox (controlador de juego libre y entretenimiento), que permiten rastrear el cuerpo humano y detectar sus movimientos.
Con esta tecnología, conectada a una PC, diseñaron una interfaz que indica al paciente una rutina de movimientos –como si recibieran la indicación del médico– a través de una especie de videojuego, cuyo objetivo es la recuperación de las funciones motrices tras la lesión neurológica, explicó la universitaria.
Los ingenieros diseñaron un prototipo de guante electrónico con sensores en las yemas de los dedos, complemento que permite al paciente realizar una serie de movimientos virtuales que hacen factible el desplazamiento de un personaje, y que éste esquive obstáculos a través de la presión –en forma de pinza– de los dedos.
En el caso de quienes han atravesado por un accidente cerebrovascular, uno de los primeros requerimientos es la rehabilitación de miembros superiores para recuperar el movimiento. Pero “debido a que requieren comenzarla lo antes posible y realizar los ejercicios a diario, creemos que podrían optimizar su recuperación con el uso de estas aplicaciones”, dijo la experta.
Exploran otra opción: un visor de realidad virtual asociado a un sensor de movimiento, para el que se han desarrollado rutinas que guían al paciente en la ejecución de ejercicios de cabeza y cuello, así como de coordinación ojo-mano, ejercicios de reentrenamiento ocular, movimientos laterales de brazos, y de extensión y flexión de cuello, para ayudar a reestablecer la coordinación entre la vista y los movimientos con las manos.
También trabajan con una mesa táctil para entrenamiento de la movilidad de brazo, que inicia con ejercicios que van de arriba hacia abajo, de izquierda a derecha, y cuyo propósito es el reentrenamiento de la escritura –algo que los afectados desean recuperar– y liberar la tensión en un miembro espástico (músculos contraídos).
De igual manera, desarrollan un tapete interactivo, semejante a los comerciales, pero con sensores que detectan el peso. Este desarrollo estaría dirigido, en particular, a pacientes afectados por la enfermedad de Parkinson, porque les brinda la pauta visual (en pantalla) para caminar y dar pasos coordinados en línea recta.