Hace una semana un grupo de pescadores en el mar de Filipinas, encontraron el yate Sayo navegando a la deriva, con la vela rota y en condiciones bastante deplorables. Cuando entraron a la embarcación en busca de sobrevivientes, se encontraron con el cadáver de un hombre totalmente momificado, recargado en una mesa, a un lado del radiotransmisor.
Alertaron a las autoridades y la policía del país asiático descubrió que se trataba del alemán Manfred Fritz Bajorta, a quien nadie había visto con vida desde hace siete años. Tras una serie de investigaciones, se confirmó que Bajorta era un navegante experimentado y había recorrido el mundo desde hace 20 años en diferentes embarcaciones.
De acuerdo a los estudios llevados a cabo por el forense, determinaron que la muerte fue natural, causada por un infarto al corazón y que la momificación se debió a la brisa marina, las altas temperaturas y el aire salado, lo que preservó el cuerpo en este estado.
Junto al cuerpo se encontró una carta de despedida para su esposa Claudia, de quien se separó en 2008, quien después moriría de cáncer en el 2010, lo que afectó a Bajorat quien siguió navegando a la deriva por años.
“Treinta años estuvimos en el mismo camino. Luego el poder de los demonios fue más fuerte que el deseo de vivir. Te fuiste. Que tu alma encuentra la paz. Tu Manfred”.