Estalló la guerra abierta en el Partido Republicano entre Donald Trump y la cúpula, con amenazas de motines, maniobras oscuras y rebeliones, mientras que fuera del partido se ven inicios de un amplio movimiento plural para enfrentar lo que algunos califican como una grave amenaza a la democracia norteamericana.
Figuras prominentes estadunidenses, desde el propio presidente Barack Obama, a las juntas editoriales del New York Times y el Washington Post, artistas como George Clooney, periodistas legendarios como Bill Moyers, pero también casi toda la cúpula republicana -el ex candidato presidencial republicano Mitt Romney, John Boehner, ex presidente de la cámara baja-, y hasta varios de los multimillonarios que financian a los republicanos, están advirtiendo que Trump representa una de las peores amenazas a este país.
Y no sólo es aquí adentro: el Economist Intelligence Unit (EIU) internacionalmente reconocido centro de investigaciones, califica a Trump de ganar la Casa Blanca como uno de los 10 riesgos más graves que enfrentaría el mundo en 2016. El EIU advierte que eso podría dañar la economía mundial y elevaría los riesgos politicos y de seguridad en Estados Unidos.
Dentro de su partido, la alarma sigue creciendo después de que Trump ganó cuatro de cinco estados el pasado martes incrementando su ventaja en número de delegados (ahora tiene un total de 621) sobre sus ahora dos otros rivales en contiendas que marcan el medio tiempo de este proceso de primarias que culminará en la Convención Republicana en julio.
Por lo que la guerra ya estaba en curso, pero ahora ya es abierta. El Washington Post publicó un editorial titulado “Para defender nuestra democracia contra Trump, el Partido Republicano tiene que buscar una convención negociada”, donde dice que, por razones morales, ya no políticas, “la misión de todo republicano responsable es bloquear una nominación y elección de Trump”. Agrega que “Trump tiene que ser parado porque presenta una amenaza a la democracia estadunidense”.
El Post acusa que “sus estrategias incluyen un abrazo casual de la violencia; la disposición de emplear a los poderes del gobierno contra enemigos personales; desdén por una prensa libre; demonización de cualquiera que no sea blanco y cristiano; intimaciones de conspiraciones oscuras; y la propagación de amplias y feas mentiras”. Señala que Trump ha defendido la tortura y el asesinato de familiares inocentes de terroristas, coqueteado con el Ku Klux Klan y ha calumniado a mexicanos y musulmanes entre otros.
Cascadas de denuncias, alertas, condenas y más se intensifican ante comentarios de Trump percibidos como justificando violencia contra manifestantes, como por sus posiciones que han nutrido la ola antimigrante, la islamofobia, el antisemitismo y el racismo.
Ben Winkler, director de la organización civil MoveOn.org comentó a The Guardian que las conversaciones están empezando dentro y entre movimientos a lo largo del país. La gente está buscando cómo relacionarse, queda claro que hay un hambre increíble para responder contra el odio generado por Trump.
Un líder latino comentó que Trump podría generar una ola de nuevos votantes latinos en respuesta a su amenaza, y que eso podría llevar a una derrota aplastante de no sólo del multimillonario sino de su partido y todo lo que ha nutrido en estos últimos años.