Tres de los planetas más jóvenes de la galaxia han sido descubiertos gracias a una nueva técnica de búsqueda realizada con el telescopio Atacama Large Millimeter Array (ALMA) del Observatorio Europeo Austral (ESO, por sus siglas en inglés). Un método que serviría para comprender con mayor precisión cómo se forman los protoplanetas y se convierte en la evidencia “más fuerte”, hasta el momento de que los planetas recién formados están orbitando allí.
El resultado ha sido fruto de la investigación de dos equipos independientes de astrónomos liderados desde la Universidad de Monash (en Australia) y la Universidad de Michigan (en Estados Unidos), que han observado cómo tres de los planetas más jovenes orbitan alrededor de la joven estrella HD 163296, que se encuentra a unos 330 años luz de la Tierra. Según publican los investigadores en la revista Astrophysical Journal Letters , este logro abre la vía a una nueva forma de estudiar cómo se forman los sistemas de planetas, a través de las observaciones de los discos planetarios.
Un disco protoplanetario es lo que los astrónomos conocen como “fábricas” de planetas, llenos de gas y polvo, que rodean a las estrellas más jóvenes. En este caso, los anillos y huecos encontrados en estos discos han servido para probar la presencia de protoplanetas. A través de las observaciones con el ALMA, los astrónomos han identificado tres perturbaciones en el disco alrededor de la estrella HD 163296. Una prueba que se ha convertido en la evidencia más importante, hasta ahora, de que existen embriones planetarios orbitando este astro.
“Medir el flujo de gas dentro de un disco protoplanetario nos da mucha más certeza de que los planetas están presentes alrededor de una estrella joven”, declara en un comunicado del ESO Christophe Pinte, autor principal de uno de los estudios de la Universidad de Monash (Australia) y el Instituto de Astrofísica de Grenoble (Francia). “Esta técnica ofrece una nueva dirección prometedora para conocer la formación y evolución de los sistemas planetarios”, continúa.
Los dos equipos basaron sus respectivos estudios en las observaciones de ALMA. Con el doble de masa que el Sol, la joven estrella HD 163296 fue fotografiada por el telescopio para poder analizar el gas presente en el disco, debido a que el polvo ya había sido fotografiado en alta resolución con la misma técnica, en observaciones anteriores.