TECNOLOGÍA

¡DESDE 2019 UN KILO YA NO PESARÁ UN KILO!

Después de décadas de innovadores trabajos de laboratorio, la comunidad científica y técnica del mundo está a punto de redefinir cuatro de las siete unidades base para el Sistema Internacional de Unidades (SI).

La votación para adoptar el cambio está programada para el 16 de noviembre de 2018, en Versalles, Francia.

Un voto afirmativo significaría que el kilogramo (masa), el kelvin (temperatura), el amperio (corriente eléctrica) y el mole (cantidad de sustancia) serían determinados por constantes fundamentales de la naturaleza en lugar de por objetos físicos.

Este cambio histórico será el cambio individual más grande en la medición internacional desde que se firmó el Tratado del Medidor en 1875.

Los científicos esperan que este cambio estimule la innovación tecnológica y reduzca el costo de muchos procesos de fabricación de alta tecnología.

El combate fue agendado desde hace tres años, en 2014, por la Oficina Internacional de Pesos y Medidas.

“Hasta ahora esta unidad de masa se definía tomando como base un patrón elaborado con una aleación de platino e iridio cuya pieza de referencia, el “IPK”, también conocido como el “gran K”, está almacenado precautoriamente en la ciudad de Sèvres, en la Oficina Internacional de Pesos y Medidas (BIPM por sus siglas en francés), junto con otras seis copias.

Sin embargo, a partir de 2019, si así lo decidirá este noviembre la Conferencia General de Pesos y Medidas (CGPM por sus siglas en francés), y la decisión no va a ser tan sencilla, va a desaparecer la referencia “k” de Kilo para ceder el paso a la letra H.

Una letra hache que, para quienes no lo saben, es el símbolo de la “Constante de Planck”, un concepto que se encuentra en la mismísima acta de nacimiento de la Mecánica Cuántica.

La 26ª reunión de la Conferencia General de Pesos y Medidas, que se celebra entre el martes y mañana viernes en Versalles, al oeste de París, prevé aprobar una nueva definición del kilo formulada a partir de la constante de Planck (h) de la física cuántica.

Oficialmente, el “gran K” cederá su lugar en mayo a la pequeña “h”. Esta constante, descubierta en 1900 por el físico Max Planck es el producto de una energía por un tiempo.

La unidad seguirá siendo la misma, es decir, se seguirá hablando de kilos; solo cambiará su definición.

El cambio se plantea porque el objeto físico vive su vida, puede fluctuar, lo que plantea un problema dado los niveles de precisión que necesitamos hoy en día, con las tecnologías de alta precisión.

La sustitución del cilindro por la constante de Planck, se medirá mediante una balanza de Watt, también llamada balanza de Kibble, en referencia a su inventor, el físico británico Bryan Kibble, que logró convertir una masa en una potencia eléctrica medida en vatios.

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