Estrellas del cine, admirados por su trabajo y su belleza, comprometidos con numerosas causas solidarias y dedicados padres de una amplia familia, el divorcio de Angelina Jolie y Brad Pitt rompe una de las parejas más perfectas, respetadas y populares de Hollywood.
La actriz, de 41 años, presentó el lunes una solicitud de divorcio de su esposo, de 52, citando “diferencias irreconciliables”, de acuerdo con el reporte del portal especializado en información de famosos TMZ.
Es posible que Jolie busque la custodia de los seis hijos de la pareja y, al parecer no existe una tercera persona involucrada en la disolución del célebre matrimonio, sino que el principal motivo sería la manera en la que Pitt criaba a sus niños.
En un comunicado posterior dirigido a la revista People, el actor reaccionó con tristeza a la solicitud de divorcio, pero aseguró que lo más importante en estos momentos es el bienestar de sus hijos.
“Estoy muy entristecido por esto, pero lo que más importa ahora es el bienestar de nuestros chicos”, afirmó Pitt.
“Pido amablemente a la prensa que les dé el espacio que se merecen durante este exigente momento”, añadió en su nota.
Conocida popularmente como “Brangelina”, Pitt y Jolie formaban una pareja soñada e idílica; un amor que parecía sacado de la comedia más romántica, que acaparó durante años la atención de la prensa rosa y provocó más de un suspiro de admiración entre sus seguidores y alguno también, quizá, de envidia sana.
La labor humanitaria fue una de las señas de identidad de la pareja Jolie y Pitt. La actriz es una muy activa embajadora del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y por sus múltiples actividades solidarias recibió en 2013 el premio Jean Hersholt de la Academia de Hollywood.
El intérprete también ha desarrollado proyectos humanitarios, como uno para levantar casas para los afectados en Nueva Orleans por el huracán Katrina, y trabajó junto a Jolie en la fundación Maddox Jolie Pitt, destinada a la protección y conservación del parque nacional Samlout en Camboya.