Este viernes, por segunda vez en la jornada, un gol in extremis ha transformado el aspecto de un grupo en la Copa Mundial Rusia 2018 y ha causado desolación en una selección norteafricana.
En el primer encuentro de la jornada, Egipto cayó ante Uruguay por un tanto en el último suspiro. En el segundo, un gol en propia meta hundió a Marruecos y otorgó a Irán una victoria por 1-0.
Marruecos supo librarse de las trampas del rival en San Petersburgo y crear ocasiones sensacionales, pero Irán tuvo posibilidades de inaugurar el marcador al contraataque. Sin embargo, en la segunda parte no se produjeron oportunidades dignas de mención hasta prácticamente el final del tiempo de descuento, cuando Aziz Bouhaddouz batió su propia meta de un cabezazo.
Irán se anotó su segunda victoria en la historia del Mundial. El Equipo Melli seguía metido en el partido en los últimos compases, después de la presión sufrida durante los primeros minutos del encuentro.
En ciertos momentos logró golpear a Marruecos al contraataque, pero tuvo que esperar a los últimos segundos del tiempo añadido para sellar esta importante victoria. El gol en propia puerta permite a Irán mantener sus aspiraciones y seguir soñando, pero necesitará al menos un punto más para tener posibilidades de clasificarse.
Derrota desgarradora para Marruecos. El equipo tuvo ocasiones, pero los soberbios centros de Amine Harit solo sirvieron para poner de relieve la flagrante ausencia de un auténtico delantero centro en el equipo.
En cinco participaciones hasta la fecha, Marruecos nunca ha ganado en su estreno en un Mundial. No en vano, resulta imposible subestimar la ausencia Nabil Dirar. Ahora, el gran reto será sacudirse el polvo y llegar con toda la motivación del mundo al encuentro con Portugal.
Este resultado evoca recuerdos de 1998 para ambos equipos, aunque radicalmente diferentes. Mientras que Irán disfruta ya de su segunda victoria en un Mundial, pues se impuso a Estados Unidos en Francia, la última vez que Marruecos recibió un gol en propia puerta fue precisamente en aquella fase final. Lo anotó Youssef Chippo y también se produjo en el primer encuentro de la selección en el torneo, saldado con empate a 2-2 con Noruega.
