Un incendio forestal de proporciones enormes fue desatado este sábado en el centro de Portugal en el pueblo de Pedrógão Grande situado en el distrito de Leiria.
“Estamos ante la mayor tragedia de víctimas humanas de los últimos tiempos por un siniestro de este tipo”, asegura el primer ministro portugués, Antonio Costa.
El incendio se mantiene activo por 4 frentes obligando el cierre de varias carreteras de Pedrógão Grande.
Más de 2000 efectivos siguen combatiendo este lunes los incendios forestales en el centro de Portugal, por los que han muerto hasta hora 62 personas y 135 han resultado heridas, entre ellos 121 civiles y 13 bomberos; y en estado crítico 5 bomberos y 2 civiles. De las 62 víctimas mortales ya se han identificado 24 informó la ministra de Administración Onterna de Portugal, Constança Urbano de Sousa.
El encargado de Protección Civil, Elísio Oliveira ha declarado este lunes que la situación todavía es preocupante para los distritos de Leiria, Coimbra e Castelo Branco, “Tenemos condiciones meteorológicas adversas. No permiten que los medios aéreos, especialmente los internacionales puedan actuar en nuestro operativo”, las altas temperaturas estaban dificultando las tareas de extinción explicó Marcelo Rebelo de Sousa. Las llamas se propagaron durante la tarde del sábado con una impresionante rapidez, según ha explicado el secretario de Estado de Administración Interna, João Gomes. Unos “vientos descontrolados” terminaron convirtiendo un fuego de bajas dimensiones en “un incendio imposible de controlar”. Los bomberos acudieron rápido, pero las llamas avanzaban aún a mayor velocidad.
La zona donde se extendió el incendio contaba con varias aldeas cercanas que también se vieron afectadas, sin embargo el peor escenario se dio en la carretera entre los municipios de Figueiró dos Vinhos y Castanheira de Pera, en el distrito de Eira, donde familias enteras perecieron carbonizados en sus coches , dando un total de 30 personas, al no poder escapar de las llamas que los alcanzaron al transitar la carretera.
España, Francia e Italia han enviado varios aviones antiincendios como ayuda a Portugal para evitar la propagación del fuego y para acceder a zonas en las que se desconoce si hay víctimas.
