La medalla de oro más esperada y ansiada por los brasileños por fin llegó, en su templo con su ídolo y de la manera más dramática posible: de los pies de Neymar, con un penalti magistralmente cobrado, Brasil venció a Alemania en la final del futbol varonil olímpico, conquistando así el único logro que les faltaba sumar a su gloriosa historia, carnaval de emociones que se vivieron bajo el cobijo del manto carioca.
Cabe mencionar que el partido desde su inicio fue delirante. Primero Alemania se hizo notar; al minuto 10 de la pierna derecha del habilidoso Julián Brandt salió un remate que se incrustó en el travesaño del guardameta de la ‘canarinha’, provocando el suspiro de los miles de asistentes al mítico inmueble.
Luego el diez del ‘Scratch du oro’, en cobro de tiro libre, colgó la pelota en el ángulo y al minuto 26 de tiempo corrido la ‘verdeamarela’ se acercó al tan ansiado metal dorado con un gol de antología.
En le segundo tiempo los espectros del pasado rondaban en el Estadio Mario Filho, los alemanes aprovecharon un mal rechace de la zaga brasileña y generaron por la banda derecha una jugada que haría daño, el balón llegó al corazón del área y de primera intención Meyer remató para lograr el empate.
Con angustia y desesperación se cumplió el tiempo regular, la definición de la medalla de oro tendría otra página llena de dramatismo.
Ya en los penales Alemania empezó la serie y anotó de la mano de Ginter, el experimentado Renato Augusto tiro por el cuadro local y no falló, Serge Gnabry cobró el segundo y aunque Weverton adivinó la trayectoria se incrustó en las redes, el central Marquinhos engañó a Horn y puso la tanda a dos por bando; le siguieron Julián Brandt y Rafinha, el cinco alemán Niklas Suele también marcó al igual que Luan, nadie había fallado hasta que Weverton adivinó el disparo de Nils Petersen, la pelota fue abrazada por el portero y le dio la oportunidad a Neymar de inmortalizarse en el césped más sagrado del mundo y así lo hizo para darle a Brasil la medalla de oro más esperada en Río 2016.
