El presidente Donald Trump declaró el miércoles que “ya no hay una amenaza nuclear de Corea del Norte”, un reclamo dudoso después de su cumbre con el líder Kim Jong Un, que no dio garantías sobre cómo o cuándo Pyongyang se desarmará.
Reflexionando sobre la evaluación optimista de Trump, su principal diplomático, Mike Pompeo, advirtió que Estados Unidos reanudaría los “juegos de guerra” con su aliado Corea del Sur si el Norte deja de negociar de buena fe. El presidente había anunciado un alto en los ejercicios después de su reunión con Kim el martes.
La cumbre en Singapur, que marcó una importante reducción de las tensiones, arrojó una declaración conjunta que contenía la promesa de trabajar hacia una Península Coreana desnuclearizada, pero carecía de detalles. Eso no impidió que el presidente hablara sobre el resultado de la que fue la primera reunión entre un líder estadounidense y uno norcoreano en seis décadas de hostilidad. La Guerra de Corea terminó en 1953 sin un tratado de paz, dejando a las dos partes en un estado técnico de guerra.
“Acabo de aterrizar, un viaje largo, pero ahora todos pueden sentirse mucho más seguros que el día que asumí el cargo”, tuiteó Trump la madrugada del miércoles.
“Ya no hay una amenaza nuclear de Corea del Norte, la reunión con Kim Jong Un fue una experiencia interesante y muy positiva. Corea del Norte tiene un gran potencial para el futuro”.
La afirmación de Trump de que Corea del Norte ya no representa una amenaza nuclear es cuestionable, teniendo en cuenta el importante arsenal de armas de Pyongyang.
Expertos independientes dicen que Corea del Norte podría tener suficiente material fisible para alrededor de una docena y 60 bombas nucleares. El año pasado probó misiles de largo alcance que podrían llegar a la parte continental de los Estados Unidos, aunque no está claro si ha dominado la tecnología para entregar una ojiva nuclear que podría volver a entrar en la atmósfera y alcanzar su objetivo.