Unos 850 sirios que huyeron de la guerra en su país y que vivían como refugiados en el Líbano regresaron a Siria con el objetivo de rehacer sus vidas en su tierra natal.
Los sirios se reunieron en la localidad de Arsal, en el noreste del Líbano, desde donde se dirigieron al puesto fronterizo de Wadi Hamayed en toda clase de vehículos y cargando con sus pertenencias, a través de dos puestos de control del ejército libanés, que supervisó su salida.
Una mujer de nombre Farah Bero y madre de cinco hijos expresó su alegría por poder regresar a su país, aunque desconoce si su casa en Siria sigue en pie.
“Quizás al principio tendremos que vivir en tiendas de campaña, al igual que en el Líbano, pero estar en nuestro propio país es diferente”, aseguró esta refugiada procedente de la localidad de Flita, cerca de la frontera sirio-libanesa.
Otras refugiadas, que acudieron a despedir a sus familiares que han obtenido el visto bueno para regresar a Siria , declararon que han decido permanecer en el Líbano de momento.