El uso de los sensores parece ser infinito y tener un beneficio para todo tipo de industria desde el ejercicio para saber cuántos kilómetros corrió una persona, en los campos de agricultura para determinar la humedad del ambiente y ahora en las oficinas, para conocer qué áreas están subutilizadas y crear espacios eficientes.
De acuerdo con Diego Cervantes, vicepresidente de ventas para México y América Latina de HermanMiller, en la mayoría de las empresas, sin importar su tamaño, se observa que entre 25 y 40 por ciento del área en metros cuadrados están subutilizados, lo que a la larga genera costos excesivos.
“Esta tecnología está evolucionando y estamos investigando todo el tiempo para saber lo que viene”, señala Diego Cervantes, vicepresidente de ventas para México y América Latina de HermanMiller
Puso el ejemplo de no usar 5 mil metros cuadrados en un edificio o un piso, si el costo promedio por metro cuadrado es de 30 dólares, entonces están gastando de más cerca de 150 mil dólares y a eso suma el mantenimiento, la construcción y otros costos, indicó.
El encargado de ventas de la empresa dedicada al mobiliario explicó que antes se realizaban encuestas para saber si existía algún espacio subutilizado en las oficinas y tratar de generar ahorros; el problema es que los resultados se basaban en la percepción de cada trabajador y no en datos reales.
HermanMiller encontró en los sensores la respuesta para demostrar con “datos científicos” el uso que tienen realmente las oficinas y los cambios que se pueden hacer para generar ahorros, un área en la que todavía no tienen competencia directa.
“Nos aliamos con una empresa de tecnología para desarrollar una especie de acelerómetros que ponemos debajo de todas las sillas y así censamos los mini-movimientos para que el software nos diga cuándo está ocupado el asiento, cuánto tiempo está ahí e incluso cuándo se va”, detalló la consultora del conocimiento del lugar de trabajo para América Latina de HermanMiller, Andrea Soria.
Por ejemplo, en una compañía donde realizaron el estudio encontraron que el área de ventas estaba demasiadas horas en la oficina porque tenían que hacer muchos procesos administrativos y tenían poco tiempo para reunirse con los clientes. En otra empresa se quejaban que no había suficientes salas de juntas, cuando en realidad estaban mal diseñadas porque el 60 por ciento de las reuniones eran de dos o tres personas.
También los sensores indican quiénes son las personas que trabajan toda su jornada en la oficina, aquellas que tiene un horario flexible y quienes pueden trabajar desde su hogar.
Cervantes añadió que este tipo de estudios están siendo aplicados desde hace 9 años en Estados Unidos teniendo casos de éxito como HP, mientras que en México y el resto de la región está disponible desde hace tres años.
Este año habrá una versión actualizada del estudio gracias a nuevos sensores que midan la presencia, es decir, cómo le gusta a las personas trabajar si con mesas altas, estar de pie un rato o en un sillón.
Esa información será transmitida en tiempo real a una aplicación para dispositivos móviles, que estará en manos de áreas como recursos humanos para que puedan ver los patrones de la organización e incluso combatir el sedentarismo.
Cabe destacar que esta tecnología no mide la productividad.