Estar casado o vivir en pareja reduce un 14 por ciento el riesgo de morir de un ataque cardiaco, además de que ayuda a reducir el tiempo cuando se está hospitalizado por este tipo de emergencia, con un promedio de dos días.
Así lo revela un estudio efectuado en más de 25 mil pacientes, presentado en la conferencia de la Sociedad Cardiovascular Británica (BCS) en Manchester, y dado a conocer por el portal de bodas y mesa de regalos Zankyou.
El estudio sigue en curso para evaluar los efectos del matrimonio respecto a la salud del corazón a largo plazo.
Un grupo de investigadores, en colaboración con la Escuela de Medicina de Aston y la Universidad de East Anglia, utilizaron un algoritmo ACALM (Algoritmo para comorbilidades, asociaciones, duración de la estancia y mortalidad).
Ello, para analizar datos disponibles sobre los pacientes, todos con un diagnóstico de infarto al miocardio llevado a cabo entre el año 2000 y 2013.
Los especialistas explican que existe una posible ventaja de las personas que viven en pareja, lo que aducen al hecho de contar con apoyo físico y psicológico que reciben de un cónyuge después de un evento de esta índole.